La selección española debuta mañana en la Copa del Mundo de Eslalon, en la que “seguro que alguna medalla cae”

Pau (Francia), 5 noviembre de 2020.- La selección española de piragüismo debuta mañana en la Copa del Mundo de Eslalon con el objetivo de “hacer el mayor número de finales, y seguro que alguna medalla cae”, según ha dicho hoy el responsable del equipo nacional, Guillermo Diez-Canedo, ante la última cita de la temporada 2020, que ha sido “larga, dura e incierta” debido a la COVID-19.

El canal francés de Pau acogerá este fin de semana a puerta cerrada el cierre de la competición internacional de eslalon, cuya Copa del Mundo será tan atípica que la clasificatoria en la apertura de mañana viernes no será obligatoria, ya que dado el reducido número de palistas inscritos todos ellos tienen asegurado el pase a semifinales.

En total tomarán parte 110 palistas cuando lo habitual en este tipo de competición sería contar con cerca de 250, y en cuanto a países estarán ausentes algunas de las principales potencias mundiales en la disciplina del eslalon, como Inglaterra, Alemania, Eslovaquia e Italia, mientras que acuden otras como Francia y Chequia, además de España.

“Estamos ante una Copa del Mundo, que además se celebra en Pau, que es nuestra segunda casa y para algunos de nuestros palistas es casi la primera porque la conocen mejor que muchos rivales del resto del mundo”, ha dicho Diez-Canedo.

Además, ha reconocido que la competición se disputa en un momento “atípico”, en el que algunos los palistas ya están preparando los Juegos, como ocurre con David Llorente, lo que hace que no acudan en el “máximo estado de forma”.

España tomará parte en Pau con el propósito de “aspirar a medallas y buscar los mejores resultados por nivel, aunque siendo conscientes de que es una cita casi de estímulo competitivo para muchos de ellos, en una temporada que se ha hecho muy larga y difícil de entrenar”, ha dicho.

La situación actual de pandemia deja en el canal de Pau un ambiente “extraño”, ha puntualizado el responsable técnico, que explica: “En eslalon normalmente hay un gran ambiente en el canal, tanto para entrenar como en las reuniones de jefes de equipo en las que hablas con otros técnicos; ahora eso no existe porque la organización es muy estricta con las distancias, el uso de las mascarillas  y con el acceso al canal, que se convertido en un sitio al que vamos, hacemos nuestro entrenamiento y nos marchamos sin interactuar mucho con otras personas”.

Ha agregado que la convivencia también se hace “un poco rara” en la propia selección española, ya que antes de la COVID-19 las cenas eran “conjuntas” mientras que ahora se guardan distancias manteniendo el protocolo de seguridad y “todo es más duro”.

La temporada ha sido “larga, dura e incierta”, ha aseverado Guille Diez-Canedo, que ha revelado que, si bien sabía que iba a pasar, “no podía imaginar que fueran a sufrir tanto la incertidumbre de cuándo competir o no. Al final, son atletas guerreros que necesitan saber para qué van a competir y a pesar de que han sido muy valientes, y lo han dado todo igualmente, se notaba una cierta desorientación, aún así ha sido una temporada positiva, en la que han mejorado cosas”.

El equipo nacional está integrado en categoría masculina en K1 por David Llorente (Río Eresma), Joan Crespo (Santiagotarrak), Darío Cuesta (Río Eresma), Maialen Chourraut (At. San Sebastián), Laia Sorribes (Mig Segre) y Olatz Arregui (At. San Sebastián), y en C1 por Miquel Travé (Cadí), Daniel Pérez (Penedo Teimporta), Luis Fernández (Miño-Os Teixugos), Núria Vilarrubla (Cadí), Klara Olazabal (Santiagotarrak) y Miren Lazkano (At. San Sebastián).

La selección española, con los clasificados olímpicos para Tokio Maialen Chourraut, Núria Vilarrubla y David Llorente al frente, también aporta bajas sobre la lista inicial con la ausencia de Ander Elosegi -que completa la relación de participantes en la cita nipona- y Samuel Hernanz.