Trasona (Asturias), 5 marzo de 2021.- Las pruebas para cerrar la tripulación del K4 500 que buscará el podio en los JJOO han comenzado hoy en Trasona, con la primera de las seis tiradas con una embarcación integrada por Saúl Craviotto, Carlos Garrote, Carlos Arévalo y Cristian Toro, dos campeones olímpicos y dos medallistas mundiales.
Los integrantes del K4 que competirá en Tokio se deciden desde hoy hasta el próximo jueves en el selectivo en el que participan seis palistas -Craviotto, Arévalo, Garrote, Germade, Toro y Walz- distribuidos en tres combinaciones, que dispondrán de dos test contrarreloj cada una de ellas. El mejor tiempo se conocerá cuando concluyan todas las pruebas.
Hoy, en la primera de las tiradas, han participado Craviotto y Arévalo -ambos están en las 3 combinaciones- junto a Carlos Garrote y Cristian Toro. Mañana, de nuevo a las 9 horas saldrá la segunda combinación, conformada por Craviotto, Walz, Arévalo y Toro, y el domingo lo hará la tercera con Craviotto, Walz, Arévalo y Germade.
Tras la jornada de descanso del lunes, estas tres combinaciones tendrán una segunda prueba cada una de ellas que se repartirán el martes día 9, el miércoles 10 y el jueves 11. Ayer jueves, el gallego Carlos Arévalo se adjudicó el selectivo del K1 200 metros, cuyo titular debe de formar parte del K4 500, según contemplan los criterios de clasificación establecidos por la Federación Española de Piragüismo.
Saúl Craviotto, cuádruple medallista olímpico: “Las sensaciones han sido duras, llegando a meta dándolo todo, dejándonos la piel. La primera tirada siempre es la primera toma de contacto, pero muy bien, hemos hecho lo que teníamos establecido, con la salida y las paladas previstas, luego un ritmo con velocidad de crucero, y al final hemos subido con todo lo que había. Ahora tenemos que esperar hasta que no sepamos los resultados y los tiempos que al final son los que mandarán. La suerte está echada”.
El catalán ha reconocido que formar parte de las tres combinaciones planteadas le evita sufrir el “nerviosismo de poder quedarte fuera”, si bien tiene la “tensión” al igual que sus compañeros porque los Juegos serán ya dentro de 5 meses, y él asegura que es el “primer interesado en ir con la mejor embarcación. Estoy colocado en la salida con los mismo nervios que el resto”.
Carlos Garrote, campeón del mundo: “Esta es una combinación que ha montado muy poco tiempo, llegamos con pocas sesiones pero, a priori, es un barco muy rápido, los cuatro somos los que llevamos compitiendo en la distancia de 200 metros desde hace 10 años en cada selectivo. Nos vamos todos satisfechos de no haber dejado ni una pizca de fuerza de reserva”.El zamorano ha recordado que en 2019 logró la clasificación olímpica en K1 200, si bien ha señalado que este último año ha sido “muy duro”, con cambio de “entrenamiento y de entrenador”, con condiciones “bastante diferentes” a los últimos 3 años.
“La adaptación ha sido dura, sin encontrarme del todo bien durante el año, con sensaciones muy raras. Me quedo con que ayer -selectivo K1- di todo lo que tenía, no di más. Es verdad que se compite como se entrena, así que saqué lo que había y con eso estoy contento. Tenemos el privilegio de tener a Arévalo, que está muy fuerte, así que le deseo toda la suerte del mundo, estamos confiados en que lo va a hacer genial en el K1 y espero poder acompañarle en el K4. Va a estar muy ajustado, es una competencia disputada aunque sana, llevamos estos meses con una convivencia buena y creo que todo va a ser justo y legal”.
Carlos Arévalo, subcampeón del mundo: “Después de ganar el K1 ayer, ahora hay que cambiar el chip para afrontar el selectivo del K4 volviendo a centrarnos en la distancia del 500 más que en la velocidad (200). Las sensaciones son muy buenas, como las tuve ayer, sigo apretando con todas las ganas del mundo”.
El coruñés ha abundado: “Hemos salido muy rápido, enganchando luego muy buen ritmo medio y cuando hemos llegado al momento del cambio, a falta de unos 160 metros, y luego mantener la velocidad todo lo que pudimos”.
Cristian Toro, campeón olímpico: “El balance es muy bueno porque los tripulantes que vamos tenemos un perfil de velocidad; hoy conseguimos sacar la embarcación y navegar muy rápido. Hemos dado el 100 por cien y, al final, nos bajamos de la piragua contentos por el rendimiento. Este es un proceso duro, a la altura del reto que tenemos por delante, que es intentar buscar el oro en los JJOO. Este periodo hay que pasarlo para endurecernos física y mentalmente para una posible final olímpica peleando con los mejores K4 del mundo”.
Para el palista del Fluvial de Lugo acudir a Tokio le supondría un doble reto: “Repetir el hito deportivo de igualar el oro logrado en Río en 2016, y el emocional es poder estar con compañeros como Saúl, Arévalo y el resto de compañeros con los que he compartido el ciclo, poder plantarnos en la final y conseguir una medalla para España”.