El equipo nacional de piragüismo cerró la Copa del Mundo de Hungría con buenas sensaciones tras lo visto durante los tres días de competición. Este domingo dispusimos de cuatro oportunidades de medalla en distancias olímpicas, pero los metales tendrán que esperar.
Estefanía Fernández no faltó a su cita con la prueba de larga distancia y consiguió la medalla de plata en el K1 5000. La emeritense es una de las grandes favoritas de esta prueba y lo demostró con una regata que dominó desde el inicio y que luchó hasta el final ante la embarcación de Suecia, que terminó llevándose el oro.
El C1 200 femenino, con Antía Jácome (4ª) y María Corbera (6ª), tuvo a dos representantes españolas en la lucha por las medallas, pero la fortaleza de las rivales impidieron a nuestras palistas sumar su tercer metal en este campeonato.
El K1 500 femenino tenía el atractivo de decidir la última integrante que viajará a París en julio. Begoña Lazkano se impuso a Isabel Contreras en la final B y conquistó la plaza olímpica tras más de ocho años trabajando para ello. Con Lazkano, España cierra el equipo femenino con cinco participantes: Teresa Portela, Sara Ouzande, Carolina García, Estefanía Fernández y Begoña Lazkano.
Paco Cubelos peleó por el podio en el K1 1000, pero el talaverano, que no encontró su mejor versión en la jornada dominical, concluyó en sexto lugar. El equipo español de kayak lo formarán seis deportistas: Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo, Rodrigo Germade, Paco Cubelos y Adrián del Río. Todavía queda por ver cómo se formarán los equipos en el K2 500, pero las aspiraciones serán máximas.
A la espera de confirmar su plaza está Pablo Crespo. El palista gallego queda pendiente de que Rusia decida en qué categoría competirá para asegurar la presencia de una de nuestras jóvenes promesas. La ICF tiene un plazo de diez días para publicar un listado definitivo, donde Crespo tiene muchas opciones de aparecer.
Esta Copa del Mundo vuelve a colocar a España como una de las potencias del piragüismo y deja abierta la puerta a soñar en grande de cara a la cita olímpica de París.