Los Juegos Olímpicos de París terminar con 18 medallas para la delegación del Comité Olímpico Español, de las cuales el piragüismo ha aportado un total de tres bronces. El slalom consiguió una meritoria medalla de bronce, que pudo ser oro, en la figura de Pau Echaniz. Es la cuarta medalla obtenida en los últimos cuatro Juegos, dando notoriedad al trabajo realizado por la dirección técnica en esta disciplina a la que se le espera un crecimiento exponencial en las próximas temporadas.
En la categoría de sprint olímpico, el K4 50 formado por Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade consiguió la medalla de bronce, lo que marcó un hito histórico para Craviotto al superar a David Cal como el deportista olímpico español más laureado de la historia. Seis metales que le encumbran como el mejor piragüista español de todos los tiempos y que agranda su leyenda para marcar el camino de las generaciones futuras. El abanderado español, Marcus Cooper, conquistó su tercera presea olímpica, situándole como uno de los piragüistas del momento.
La canoa española ha vuelto para quedarse. Tras un ciclo cargado de éxitos, España ha logrado un histórico bronce en C2 500 masculino y dos diplomas olímpicos en categoría femenina. Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno conquistaron el metal deseado con una lección de trabajo constante para llegar hasta la meta. Es la primera medalla en esta categoría para España en toda la historia y el futuro augura más éxitos sobre la canoa merced al trabajo realizado desde hace muchas temporadas.
Antía Jácome logró el cuarto puesto en C1 200, mejorando el resultado de Tokio 2020, y la sexta plaza, junto a María Corbera, en C2 500. La dupla femenina seguirá trabajando para conseguir la primera medalla en esta disciplina en Los Ángeles 2028.
La Real Federación Española de Piragüismo volvió a ser protagonista en estos Juegos gracias a estas tres medallas porque consiguen convertirse en el deporte más laureado del olimpismo español con 23 metales.
