Bárbara Pardo: “Los comentarios que me llegaban sobre cómo iba a cambiar mi cuerpo no me generaron inseguridad, sino todo lo contrario”

En esta nueva entrega de “Ellas Palean” viajamos a la Comunidad Valenciana para charlar con Bárbara Pardo (8 de diciembre de 1999 Antella, Valencia). Es medallista internacional en categoría junior y uno de los talentos del futuro de la piragua española. En esta entrevista, Pardo se muestra segura de sí misma para conseguir sus objetivos personales y profesionales.

¿Cómo fue que te iniciaste en el piragüismo?

En Valencia tampoco es muy común practicar el piragüismo ni hay muchos sitos donde se pueda practicar. Yo tengo la suerte de que en Antella hay un club de piragüismo y aquí siempre ha habido afición por este deporte.

Y por mi parte yo quería hacer deporte, era una niña muy competitiva a la que le encantaba moverse, las clases de educación física y practicar cualquier tipo de deporte, pero en mi pueblo no había nada accesible. Un verano mis amigas estaban apuntadas a un cursillo de piragüismo y yo me uní, pero mis padres no estaban muy convencidos porque me cansaba rápido de todos los deportes. Al final les convencí, me apuntaron, me gustó, se me daba bien y dos meses después entré en una competición que quedé segunda. Todo eso unido hizo que me enganchase al piragüismo.

¿Tus amigas continuaron en el mundo del piragüismo?

No, que va. Yo fui la única que continué porque ellas al final del verano tenían otras cosas y se subían a la piragua como un hobby y para entretenerse durante las vacaciones. Yo por el contrario me quedé porque me gustó el deporte, porque soy competitiva y siempre intento ganar. Esa primera competición me motivó a seguir practicando el piragüismo. Luego más adelante, cuando llegué a participar en el Campeonato de España me gustó esa sensación de conocer a gente nueva y formar amistad con ellos.

Has practicado muchos deportes, ¿qué es lo que tiene el piragüismo que te llama la atención y que otros deportes no tienen?

Antes hacía natación una vez a la semana y me gustaba mucho, pero al final era más pequeña, iba los fines de semana y me quedaba sin ver a mis amigas, así que lo acabé dejando. Años después, cuando me apunté a piragüismo, me gustó recordar esa sensación de estar en contacto con el agua y también se sumó el estar en la naturaleza y ese ambiente lleno de niños que se respiraba.

Has hablado en otras ocasiones que cuando comenzaste recibiste varios comentarios en donde la gente te decía que no te apuntases a piragüismo porque tu cuerpo iba a cambiar y no se iba a ver como prototipo de cuerpo femenino al que estamos acostumbrados, ¿alguna vez has sentido algún tipo de inseguridad por tu cuerpo?

Siempre he sido una chica que tenía un poco de sobrepeso y cuando me apunté a piragüismo uno de los veteranos me dijo que no tenía nada que hacer encima de la piragua tal y como era mi condición física. Ahora recordamos esa situación y nos reímos los dos.

En casa nunca me han puesto ningún problema. Cuando les propuse que quería hacer deporte para bajar de peso les pareció bien pero sí que es verdad que gente externa me dijo algún comentario relacionado con cómo iba a cambiar mi espalda, que se iba a ver más ancha, también me dijeron que no hiciese muchas pesas, pero eso a mi no me supuso una inseguridad. Estos comentarios me sirvieron para todo lo contrario. Empecé a tener una mejor condición física, bajé de peso y estaba mejor de salud y conmigo misma.

¿cómo has desarrollado esa confianza en ti misma para no hacer caso a los comentarios y que no te afecten?

A pesar de tener ese condicionante siempre he sido bastante segura de mi misma y tengo un carácter bastante fuerte, así que nunca he dejado que la gente me atacase para no sentirme vulnerable y que me respeten. Es más, te podría decir que ahora me siento más insegura que con 12 años cuando empecé en esto. Ahora eres más consciente de las cosas, eres más madura y entiendes más las cosas. Sí que es verdad que cuando eres pequeño y piensas en las condiciones físicas de una persona te puede afectar un poco más pero no es algo que a mi me haya hecho daño y me haya hecho sufrir.

Acabas de decir que la inseguridad crece con los años porque eres más consciente de las cosas y tú misma has dicho que eres una persona muy nerviosa, ¿crees que los nervios, al igual que la inseguridad, es algo que aumenta con la experiencia? ¿cómo has logrado manejarlos?

Es un poco relativo. Yo, por ejemplo, en mi primer Campeonato de España fui sin ninguna expectativa, solo con el objetivo de disfrutar y quedé en una posición baja, al año siguiente ya logré quedar cuarta, pero siempre iba con la mentalidad de disfrutar. Ahora, una vez que ya has escalado niveles hay más presión, sabes que si fallas te pueden señalar porque se espera algo más de ti. Cada error que cometes te crea un poco más de inseguridad y más nervios a la hora de competir y también el compararte con las otras rivales te genera menos confianza en ti misma.

Yo tengo la suerte de que he sabido controlar mis nervios con el paso de los años y con la ayuda de un psicólogo deportivo aprendo cada día a tener más confianza en lo que hago, que es una de las cosas que me faltaban a la hora de subirme a la piragua.

En otras ocasiones has comentado la falta de chicas en el piragüismo ya que has sido la única mujer de tu club durante años. ¿Cómo crees que ha ido creciendo la presencia femenina?

En el club, antes de mi estaba la hija de mi entrenador y era muy buena en la distancia de maratón. Cuando yo llegué, ella estaba allí pero nunca tuve compañeras en mi disciplina, ni K2 ni mucho menos K4. Ahora mismo sí que hay varias niñas en las categorías de alevín y benjamín. Está bien que las niñas se animen y se apunten, pero es una diferencia de edad muy grande como para tener una compañera en el futuro. Me gustaría ver a más chicas practicando piragüismo, pero en el pueblo también hay una mentalidad muy arraigada de que este deporte es solo para verano. Creo que también la falta de mujeres en el piragüismo se debe a los estereotipos establecidos en la sociedad.

Siempre queda camino por recorrer para ver un crecimiento mayor de las niñas en el piragüismo, pero estos últimos años se están haciendo bastante bien las cosas. El año pasado la RFEP creó un grupo de tecnificación para las mujeres junior en Trasona y eso impulsa a las piragüistas más jóvenes a tener referentes más cercanos a su edad. Además, pienso que si seguimos trabajando así, dando apoyo a las mujeres y promocionando el deporte base, podremos ir generando más mujeres piragüistas.

Esa falta de referentes femeninos en categorías inferiores también te afectó a ti cuando empezaste con 12 años, ¿quiénes eran tus referentes entonces?

Cuando empecé había visto los Juegos Olímpicos de Londres y los únicos que había visto competir por televisión era a Teresa Portela y David Cal, pero no conocía a nadie más por lo que no tenía referentes en mi primer año. Con el paso de los años, cuando era junior ya empecé a fijarme en algunas piragüistas, como Sara Ouzande o Begoña Lazcano, para querer llegar a ser como ellas y resulta que ahora son mis compañeras. A parte, me fijo mucho en Teresa Portela e Isa Contreras, unas personas que tienen una metodología de trabajo, esfuerzo y dedicación impecables en este deporte.

La representación es un tema del que se habla mucho últimamente, ¿Crees que el género importa a la hora de tener referentes?

Creo que eso depende del punto de vista que tenga cada persona. Es verdad que a los chicos siempre se les ha dado más repercusión y más visibilidad, pero creo que ahora mismo las categorías que vienen por detrás van a tener una representación más igualada gracias al trabajo que se está realizando, por ejemplo en esta sección, de dar más visibilidad a las mujeres piragüistas.

Tú ahora mismo eres una referente para muchas niñas que comienzan en el piragüismo, ¿qué cualidades crees que puedes transmitirles?

Creo que soy una persona que va escalando poco a poco. También he sido una niña que no tenía las mejores condiciones físicas para estar en lo más alto, pero a base de esfuerzo, trabajo y constancia lo he conseguido. Sobre todo la constancia y el dejar las cosas malas a un lado es lo que me define. En 2020 falleció mi padre y eso me afectó, pero seguí entrenando y dando el máximo porque era lo que él quería y aprendí a dejar lo personal a un lado y sobreponerme a las dificultades cuando me subía a la piragua.

¿Cómo superaste la situación de tu padre y seguir teniendo fuerzas para seguir paleando?

Mi padre siempre me ha acompañado en todas las competiciones desde que empecé y era un apoyo bastante grande. Él lo que quería era que siguiese y eso fue una motivación para continuar. Gracias al apoyo de mi familia, mis amigas, mis compañeras de equipo y mi entrenador conseguí sobrellevar la situación. Se portaron muy bien conmigo, pero al final decidí dar el paso de ir a un psicólogo y creo que es la mejor decisión que pude tomar porque me ayudó a ver esta situación con una perspectiva distinta y a mejorar mi carácter ante la muerte de mi padre.