Los vigentes campeones olímpicos de K-2 500, Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, son los únicos que han logrado inaugurar el casillero español de medallas con sabor a JJ.OO. El catalán Saúl Craviotto y el gallego Carlos Pérez han cambiado la cara de la selección española en la última jornada consiguiendo una merecida y necesaria medalla para el equipo dirigido por el gallego Alfredo Bea. Los palistas que tienen en Trasona su lugar de entrenamiento, a las órdenes del técnico asturiano Miguel García han superado con veteranía el susto que se llevaron en las series clasificatorias cuando una avería en el reposapiés del kayak a dos minutos de darse la salida estuvo muy cerca de dejarlos fuera del mundial. En semifinales el vuelco a falta de 50 metros de la embarcación húngara les permitió colarse en la final que parecía escapárseles. En la final que cerraba el programa clásico del mundial, con solamente las carreras de relevos pendientes, lograban el Subcampeonato del Mundo en K-2 200, en una gran regata en la que no perdieron la fe en la victoria hasta pasada la línea de meta. La foto finish transformó lo que en los video marcadores aparecía como una victoria en una medalla de plata que sabe igualmente a gloria. Con un tiempo de 31.540 superaban en la línea de meta a casi todos sus rivales en una muestra de poderío sólo superada por los franceses Hybois y Jouve que se hicieron con el título de Campeones del Mundo con un crono de 31.532. La medalla de bronce fue para los británicos Heath y Schofield con un registro de 31.584, dando tiempo a rusos, letones, canadienses, serbios, cubanos y daneses.
La adaptación de los Campeones Olímpicos de K-2 500 metros al 200 es ya una brillante realidad y una apuesta segura de cara a los JJ.OO de Londres 2012 que tendrán que refrendar el año próximo en la pista de Szeged (Hungría). Una pista en la que Carlos Pérez ya saboreó, en solitario en 2006, lo que es estar en el pódium de honor de 200 metros.
