La organización del “IV Congreso Internacional de entrenadores de piragüismo en aguas tranquilas”, que entre los días 11 y 13 de octubre reunirá en Catoira a la élite del piragüismo internacional, rendirá homenaje a Eduardo Herrero, ex entrenador nacional y fundador de la Escuela Nacional de Entrenadores de Piragüismo. Será el próximo sábado, durante la comida de clausura que, a partir de las 14.30 horas, reunirá en el restaurante “A Pedra” a los 120 participantes en el congreso y sus acompañantes, procedentes de doce nacionalidades distintas, como Angola, Suecia, China, Eslovaquia, Nueva Zelanda o por supuesto, España.
Pocos nombres pueden merecer tanto como Herrero un homenaje del mundo del piragüismo. A sus setenta años de edad, sigue posponiendo su doctorado en Medicina en favor de la piragua, a la que ha dado prioridad en todas las facetas de su vida.
Su idilio con el deporte nació unido al atletismo, siendo en la década de los 70 entrenador nacional especializado en lanzamientos de peso, modalidad de la que ya había sido campeón escolar. Como técnico desarrolla sus conocimientos en el colegio “Sagrada Familia” de Madrid, dónde tiene un nutrido equipo de atletas que trabajan y compiten bajo su tutela. Pronto empieza a tener inquietudes con la piragua y aprovecha la cercanía del parque del Retiro para trabajar en la técnica de la palada, en el equilibro de la embarcación y en la manera óptima de navegar dejando que se deslice, ayudado siempre por su hermano Julio que es quién experimenta sus teorías. Es en este mismo escenario dónde va dando forma al Club de Piragüismo “OJE de Mediodía”, acorde con los tiempos. De allí pronto dará el salto al Club “Vallehermoso Retiro de Madrid”.
Es precisamente en Vallehermoso dónde se acredita como un gran entrenador y en pocos años la Federación Española de Piragüismo le reclama como entrenador nacional. Tiene en su poder el título acreditativo desde 1962, es decir, desde el primer curso que organiza la Federación, dirigido por el histórico Pepe Montes. Sólo un año después, la Asamblea de la Federación le encomienda la elaboración de un proyecto para constituir la Escuela Nacional de Entrenadores de Piragüismo, de la que fue fundador y de la que siempre ha sido profesor, siendo pocos los entrenadores que no han pasado por sus aulas.
Como entrenador, es el pionero en incorporar la preparación invernal a base de carreras, natación, pesas y gimnasio, algo asumido con total normalidad en la actualidad pero que entonces supuso un gran revulsivo, tras descubrir que aportaba al equipo grandes beneficios. En 1969 da un salto cualitativo, cuando la Federación le envía a Rumanía con un equipo de veinte piragüistas para entrenar con el conjunto rumano y sus técnicos, considerados entonces los mejores del mundo.
Fruto de aquel aprendizaje, y sobre todo de su incansable trabajo y sus evolucionados métodos de entrenamiento, en 1975, bajo sus órdenes, el equipo nacional de piragüismo, empieza a acreditarse a nivel internacional alcanzando títulos mundiales y las primeras medallas olímpicas en Montreal, Moscú y en Los ángeles en la modalidad de Canoa. Su primera medalla de oro fue en Belgrado en el mundial en K-4, en 1975, un año antes de ganar su primera la medalla olímpica.
En 1973 sacaría también el título internacional de árbitro en aguas tranquilas, convirtiéndose en el primer árbitro español con nivel internacional junto a Jacinto Regueira y Jorge Hernández.
Cuando deja el entrenamiento en el agua, Eduardo Herrero se convierte en Director Técnico de la Federación Española de Piragüismo, recibiendo en 1989 la medalla de Oro al mérito piragüístico. En 2002 ingresa en la Real Orden al Mérito deportivo, entregándole S.M. los Reyes de España, la medalla de Oro.
Este sábado le rendirá homenaje en Catoira la élite del piragüismo internacional, y especialmente cada uno de los profesionales españoles conscientes de que, sin su entrega y generosidad a la hora de compartir conocimientos y experiencias, el piragüismo español jamás habría podido llegar hasta dónde ha llegado.
IMAGEN: Archivo RFEP