Este apoyo, unido a un sinfín de méritos que tiene suficientemente acreditados, han hecho que la Asamblea de la RFEP le considere merecedor de una distinción que el Secretario de Estado para el Deporte recibió con cariño y agradeciendo enormemente la presencia de los numerosos piragüistas de ayer y hoy que no quisieron perderse este homenaje.
Entre ellos se encontraban figuras históricas de nuestro deporte, como Jose Ramón López Díaz Flor o Esteban Celorrio, algunos más jóvenes como Cristian Isaac Toro o Manuel Garrido, y estrellas que brillan hoy por hoy y “con cuyos triunfos olímpicos he visto llorar a tiarrones”, tal y como afirmaba Lissavetzky refiriéndose a David Cal. También acudieron al acto los olímpicos Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, los campeones mundiales de slalom Maialen Chorraut y Jordi Domenjó, una importante representación de Directivos de la Real Federación Española de Piragüismo e invitados del CSD.
Lissavetzky hizo hincapié en el cariño que profesa por el piragüismo, de cuyos triunfos ha sido testigo a lo largo de su andadura como Secretario de Estado para el Deporte, y afirmó que aunque ese camino va llegando a su fin, no tiene la menor duda de que desde el Consejo Superior de Deportes se seguirá apoyando al piragüismo.
Por su parte, el Presidente de la Real Federación Española de Piragüismo, Juan José Román Mangas, recordó que la medalla de oro significa para nuestro deporte “el máximo galardón, el esfuerzo diario en cada jornada y el más profundo agradecimiento para Jaime Lissavetzky, que trabajó con nosotros durante el período más brillante de nuestro deporte”.
Además de la medalla de oro, Juan José Román hizo entrega al Secretario de Estado para el Deporte de una serie de fotografías realizadas durante la Gala del Cincuenta Aniversario de la RFEP, celebrada el pasado año, y en la que Jaime Lissavetzky aparece retratado junto a nuestros campeones, haciéndose partícipe de la historia de nuestro deporte.