Las ‘Dragonas’ del BCS: el barco que derrota al cáncer de mama con paladas de vida

A María del Mar González, Susana Miguel, Raquel Avilés, Carmen Díez, Macarena Hinojosa, Ángeles Alonso, Rocío Fernández, Victoria Peña, Isabel Lobillo, Ana Isabel Liébanas, Rosa Vázquez o Lola Vera les sonaba a chino el nombre de Don McKenzie antes de que sus vidas entraran repentinamente en barrena tras serles diagnosticado un cáncer de mama. Fue en mitad de los duros tratamientos posteriores a la mastectomía, los procesos previos a la reconstrucción de un pecho y las revisiones recurrentes para comprobar que todo marchaba viento en popa cuando estas doce mujeres supieron de la llamativa actividad deportiva que este especialista canadiense en medicina deportiva aconsejaba practicar a quienes hubieran superado una enfermedad que sigue siendo la principal causa de fallecimientos entre las mujeres en España

De aquel país asiático es precisamente originario el remedio que, sostenía McKenzie, contribuiría a fortalecer el corazón y el sistema inmunitario de las pacientes, a disminuir su sensación de fatiga y a mantener un peso saludable: a mejorar, en definitiva, su calidad de vida

Y así fue como el barco dragón, a través de la categoría BCS (Breast Cancer Survivor), entró en las vidas de estas guerreras contemporáneas, a las que hoy homenajeamos, para quedarse y guiarlas en un hermoso y edificante recorrido en las antípodas de las traumáticas secuelas que no pocas veces, por desgracia, deja tras de sí tan terrible enfermedad. “Supe de esta embarcación por algunas de mis compañeras, con las que iba a natación para fortalecer la musculatura tras la operación. Me dijeron de ir a probar, pero no quería. Sin embargo acabé yendo… y me enganché. De eso hace ya casi cuatro años”, nos cuenta Susana Miguel, una de las ocho tripulantes del Asturias Dragon Rosa, que acaba de proclamarse subcampeón de España en 200 y 500 metros de distancia integrando las filas del club Asturias Dragon Boat.  

Las integrantes del Asturias Dragón Rosa, en el embalse de Trasona.

Esta arquitecta técnico de 46 años, cuya guerra contra la enfermedad aún no ha cesado después de cuatro años batallando por erradicarla de su cuerpo, encontró en el Dragón su nuevo centro de gravedad tanto a nivel físico como terapéutico. “Te ayuda muchísimo con todo lo concerniente a la recuperación del brazo, que pierde músculo y se te atrofia: palear en el barco es una manera de recuperar esa fuerza, esa elasticidad. Y en lo psicológico también porque nos echamos unas buenas risas. Todas sabemos que no vamos a vivir de esto, así que lo importante es disfrutar la experiencia, reír, cantar, a veces llorar y darnos apoyo entre todas, sobre todo cuando alguna está bajita de ánimos. Entre todas la insuflamos energía positiva”. 

MÁSTER EN ENERGÍA MOTRIZ

De energía motriz podría María del Mar González dar un máster en la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla. Profesora de secundaria en la capital andaluza, esta onubense enarbola con donaire el estandarte de la superación personal después de que el viento de la desgracia le golpeara con el cáncer por partido doble. Imbatible al desaliento, Mari Mar buscó refugio en la piragua, que conocía bien de su adolescencia, y se topó de bruces con Ángeles Del Valle y su proyecto de barco dragón a orillas del Guadalquivir. “Ángeles se enteró que en 2019 se iba a celebrar un Europeo en Sevilla y que competirían barcos BCS, así que decidió hacer un vídeo de reclamo para reclutar mujeres que hubieran tenido la enfermedad. De ahí nació la Asociación BCS Sevilla. En un principio nos integramos en el Club Triana, pero tras el Europeo nuestros caminos se separaron porque no estábamos dispuestas a tolerar que nadie nos dijera dónde están nuestros límites”.

De esa huida hacia adelante nació su sociedad con el Club Deportivo Piragüismo SeviDragón, que María del Mar preside desde febrero, amén de ejercer de entrenadora (obtuvo la titulación en Cantabria) y tener mando en plaza en el barco BCS y en el de sénior veteranos, con los que se proclamó campeona de España el pasado fin de semana en Trasona (Asturias), cerrando el círculo a una temporada mágica en la que han conquistado la Copa, la Liga Iberdrola y el campeonato de Andalucía.  

“Hemos demostrado que tenemos la misma fuerza, que hemos superado la enfermedad y que entrenamos y nos preparamos para las regatas sin limitaciones porque somos deportistas. Ser Dragonas nos ha hecho más fuertes en todos los sentidos. Este barco se mueve por la energía que tenemos. Cuando competimos, salimos a darlo todo, a disfrutarlo a tope, pero siempre con alegría. No se nos puede olvidar pasarlo bien porque esto es deporte”, asevera quien retomó los entrenamientos apenas mes y medio después de pasar por el quirófano. 

Las palistas del SeviDragón se lo pasaron en grande en tierras asturianas.

Rocío Fernández sigue aún en tratamiento, pero eso no quita para que reparta su día a día entre CanalSur, donde trabaja como jefa del área del departamento de marketing, y la quinta fila del BCS de SeviDragón. “El cáncer ha sido una experiencia dura que me ha hecho más fuerte, decidida y capaz de conseguir lo que realmente quiera”, confiesa el último fichaje de la embarcación nervionense.

El dragón entró este año en su vida como un huracán amable que le ha permitido recobrar el norte y explorar rincones que desconocía de sí misma. “Este deporte me aporta apoyo de personas con las que comparto experiencias, una fuerza extraordinaria que me impulsa, me da la posibilidad de convivir con buena gente y de cumplir sueños que se hacen realidad gracias al esfuerzo de todos y todas unidas. El Dragón me hace sentir la vida”.

SOLIDARIDAD, SACRIFICIO Y TRABAJO EN EQUIPO

Entrenamiento, esfuerzo, sacrificio, lucha, emoción, gratitud, trabajo en equipo… Las tablas de la ley del SeviDragón podría firmarlas cualquier embarcación BCS, como también ese orgullo y amor propio labrados con el sudor de cada palada, compartido con tus hermanas de vida. “Competir te lleva al límite, y hacerlo te da satisfacción. Piensas, ¿Por qué esos de enfrente pueden y nosotras no? En el Nacional estábamos ocho mujeres, dos menos que los otros barcos, y fuimos subcampeonas. Fue un subidón. Rompimos a llorar porque ha sido un año duro por el Covid”, corrobora Mercedes desde Oviedo.  

Y remata: “Que nadie se lleve a engaño. Nuestro objetivo no es ganar. Es compartir nuestros logros con la gente que está alrededor, que es nuestro gran apoyo. Y tirar para adelante porque la vida sigue y hay que disfrutarla”.  

Embarcación BCS del Asturias Dragon Boat. FOTO: PACO DE AVILES