El kayak polo nacional, de luto por la muerte de su fisioterapeuta Santiago Nin, Tato

La familia del piragüismo nacional en general, y la del kayak polo en particular, se encuentran de luto estos días por el reciente fallecimiento de Santiago Nin Fessia, más conocido en el mundo de nuestro deporte como Tato, tras una larga enfermedad. Nacido en Argentina, Tato tenía 38 años en el momento de su deceso, acaecido lamentablemente el pasado dos de enero en un hospital de Palma de Mallorca, la ciudad española que le había acogido cuando decidió cruzar el charco y venirse a Europa desde su terruño natal. 

Vinculado de manera estrecha al Real Club Náutico de Palma en razón de su amor por el kayak polo, especialidad que ya practicaba en sus pagos, Tato formó parte de la primera plantilla del RCNP hasta que dicha sección fue disuelta, momento en el que se desplazó a Valencia para integrar las filas del Alaquás Kayak Polo, club en el que militó hasta 2018, cuando aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad y se vio obligado a dejar la actividad acuática. 

Fisioterapeuta de profesión, Santiago ejerció como tal en el equipo nacional absoluto de kayak polo desde 2016. Lo hizo por espacio de cuatro años, hasta que de nuevo sus problemas de salud le obligaron a desvincularse a nivel profesional del equipo, aunque en verdad nunca lo abandonó del todo. Su imbatible carácter le hacía estar siempre pendiente de las evoluciones de los diferentes equipos, mostrando además una absoluta predisposición para dar ánimos y buenos consejos a los deportistas, a sus amigos, a su gente.

Santiago Nin, Tato.

Como miembro de facto del equipo nacional absoluto de kayak polo en su calidad de fisioterapeuta, Tato fue partícipe de la medalla de bronce lograda en el Mundial de Siracusa (Italia), en 2016; un año después repetiría presea en los World Games de Wroclaw (Polonia), para poner la guinda a un fantástico 2017 con el título de campeón de Europa en Saint Omer (Francia).  

Desde la RFEP lamentamos profundamente el fallecimiento de Tato. Con su pérdida no sólo se ha ido un apreciado miembro de uno de nuestros equipos, un excelente profesional, o un deportista: nos ha dejado, ante todo, un amigo. ¡Descansa en Paz, querido Tato!